El despertar de Egipto: feminismo, arte e independencia
Por Andrea E. Carrillo Lozano
En sintonía con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer es siempre importante recordar las múltiples razones de esta ardua lucha. Del mismo modo, hay que tener presentes los diversos, e igualmente importantes, movimientos feministas que se dan a lo largo de la historia en el mundo. Por esta razón, hoy hablaremos del 20 de mayo de 1928, día en que se inauguró El despertar de Egipto (MisrNahdit), escultura hecha por el artista Mahmud Mujtar, y su vínculo con los inicios del feminismo árabe, específicamente egipcio.
El nacimiento del feminismo árabe está ligado a una serie de cambios tanto políticos como sociales que se dan a finales del siglo XIX y principios de SXX, momento en que comienza la emancipación del yugo colonialista europeo. La búsqueda de la independencia unió fuerzas con el interés por la defensa de los derechos de las mujeres. Desde 1890 se ve reflejado el activismo y la teorización feminista tanto en la prensa creada por mujeres periodistas de la época como HindNawfal; así como en obras de hombres intelectuales y escritores como Qasim Amin. Sin embargo, es hasta 1920 cuando el movimiento feminista toma mayor fuerza, así como el nacionalista. A inicios de 1922, Egipto consigue su independencia de Gran Bretaña y comienza a formarse como nación.
En 1923, Huda Shaarawi una de las pioneras del feminismo árabe, funda la Unión Feminista Egipcia y acuden, por primera vez al IX congreso organizado por la «Alianza Internacional de Sufragio de Mujeres» en Roma. A su vuelta, fueron recibidas con aplausos en la estación de tren de El Cairo, donde Huda Shaarawi y Saiza Nabarawi fueron protagonistas de un acto que se volvió representativo para liberación de la mujer árabe en ese momento: se desvelaron. Al remover el velo de su cara buscaban poner fin a la represión de la mujer y anunciarsu entrada a la vida pública de la nueva nación. A partir de esto, portar el velo se volvió una práctica que tuvo un fuerte descenso, también gracias a la educación y el activismo social que las mujeres tuvieron. Es importante resaltar que el debate sobre la práctica del velo y su relación con el movimiento feminista resurgió a principios del siglo XXI.
En 1928, cinco años después de dicho acto de emancipación de la mujer egipcia, se inaugura la escultura El despertar de Egipto. Mahmud Mujtar, uno de los primeros artistas egresados de la Escuela de las Bellas Artes del Cairo, fue autor de dicha obra, la cual fue un encargo hecho por el gobierno. Mujtar se vuelve el primer artista egipcio que expone su obra en una plaza pública. La escultura está compuesta de dos elementos principales: una esfinge semi-erguida y, a lado suyo, una mujer de pie apoyando su brazo sobre la cabeza de ésta. La mujer está, a su vez, alzando el velo de su cara, un acto con mucha carga simbólica, tanto nacionalista como feminista, para el momento que estaba viviendo Egipto, como ya vimos.
Por un lado, la esfinge al estar postrada sobre sus patas delanteras representaba «el despertar o levantarse» de Egipto independiente; por otro lado, la mujer pretendía ser una alegoría de la nueva nación egipciadesvelada. La alegoría de la mujer y la nación habla, en parte, de la influencia europea, particularmente francesa que pudo tener Mujtar. Sin embargo, la Dra. Beth Baron historiadora especialista en Medio Oriente centrándose en el género y el Egipto moderno, asegura que gran parte de la fuerza de dicho símbolo fue gracias al debate feminista sobrela práctica del velo en Egipto. Por esa misma razón, la escultura fue acogida por las feministas de la época volviéndose, a su vez, emblema de su lucha.
Es cierto que cada movimiento feministaestá necesariamente ligado al contexto sociocultural específico en el cual nace. Por esta razón, se vuelve fundamental y enriquecedor conocer las diversas luchas que se llevan a cabo alrededor del mundo, así como sus motivos. Al volvernos conscientes de la importancia que tiene cada lucha nos será más fácil advertir alianzas que podemos hacer con diversas disciplinas—llámese arte, filosofía, política, derecho, entre otras— que pueden permitirnos impulsar y engrandecer a cada lucha particular.