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La Doble Moral Sexual

La Doble Moral Sexual

Por Abigail Torres

Aunque aparentemente la moral sexual es la misma para hombres, mujeres, infancias y jóvenes, los hechos demuestran lo contrario ya que las normas no son aplicadas de la misma manera para hombres y mujeres es por esto que se le conoce como “doble moral sexual”, esta hace referencia a la diferencia de valoración realizada hacia las conductas sexuales dependiendo del género de la persona que la lleva a cabo. 

Dentro del campo de la moralidad sexual dado por el sistema patriarcal “lo natural” es que el deseo sexual del hombre es incontrolable por naturaleza, mientras que el deseo sexual femenino es débil; debido a esto se espera que los hombres a diferencia de las mujeres, disfruten de una mayor libertad sexual representado con el sexo prematrimonial, añadiendo además una justificación al uso de agresividad o violencia por parte del varón hacia una mujer dentro de las relaciones sexuales.

Sin embargo para las mujeres ha sido difícil expresarse sexualmente desde el erotismo y no desde la procreación, “mientras las mujeres han sido estigmatizadas por realizar prácticas sexuales manifiestas, los hombres han gozado de popularidad o admiración en situaciones similares” (Oliver y Shibley Hyde) esta cita nos muestra que la expresión de sexualidad para la mujer va dirigida hacia la procreación, mientras que para el hombre es normal que este pueda gozar libremente de su sexualidad. 

Antes del matrimonio, los varones pueden disfrutar de una vida sexual activa y con diferentes parejas, en las mujeres su impedimento principal era la virginidad ya que se consideraba el símbolo de pureza, y la pérdida de está antes del matrimonio representaba una devaluación en la imagen de la mujer; recordemos que el concepto de “virginidad” se ha convertido en una vieja idea social en el que se pensaba que la pérdida del himen era la pérdida del valor de la mujer. 

Actualmente aunque esa opinión es dada por una minoría, aun no se consigue la liberación total de la sexualidad femenina ya que moralmente aun no es aceptado que la mujer ejercite su sexualidad únicamente para obtener placer. La doble moral de la sexualidad adapta los “ideales” de vida por género: para una mujer joven el ideal es llegar al matrimonio teniendo como objetivo únicamente la procreación dentro de una vida familiar.

Cuando una mujer comienza a romper las barreras de esto ideales buscando el propio placer sexual comienza por asumir autoridad sexual y liderazgo lo que lleva al patriarcado a considerar al placer sexual femenino como un poder no permitido que deforma su identidad femenina, por lo que tenemos a la mujer en dos extremos: vírgenes o rameras, mientras que para un hombre la sexualidad es una manera de demostrar su masculinidad.

Una representación de la doble moral es el famoso dicho “echar una canita al aire”  que fomenta la infidelidad y que es usualmente dirigido a hombres insinuando que una relación de relación sexual monógama es sofocante, se puede ver como un “tropiezo” en la vida del varón del cual se puede arrepentir, esta situación la podemos encontrar en canciones donde el cantante se arrepiente y pide perdón a la esposa por la aventura. 

No satisfechos con el arrepentimiento se denigra a la amante, se le muestra como un objeto sexual, una “buscona” que obligo al hombre a romper con el pacto de la fidelidad. En un estudio realizado por la antropóloga GwenBroude, señaló que 63 países permiten a los hombres el sexo extramarital y sólo 13 se lo permiten a las mujeres.

Los medios de entretenimiento como películas, novelas, libros, videos de internet han colaborado para que la doble moral sexual siga existiendo en la sociedad ya que el modelo de una mujer buena que cuida a sus hijos, es de casa y sobre todo vive su sexualidad con un solo hombre versus una mujer que disfruta de su libertad, va contra los estereotipos de madre y esposa y que vive una libre sexualidad sigue siendo el pan de cada día del entretenimiento.

Graciela Hierro en su escrito “La ética del placer” propone que la condición necesaria para una sexualidad femenina autónoma es separar la actividad sexual femenina de la procreación y liberar el placer, erradicando la enseñanza tradicional que pretende que el placer sexual personal de una mujer requiere una justificación más allá de la sexualidad. Aunque parece una idea fácil de llevar a cabo aún puede considerarse un futuro utópico ya que mientras el varón siga gozando de una mayor libertad en cuanto al sexo, las múltiples parejas sexuales y el inicio de una vida sexual a una edad temprana o a relaciones sexuales sin compromiso y a la mujer se le siga juzgando por las mismas razones la doble moral sexual será algo que perseguirá a las nuevas generaciones. 

Bibliografía:

  • Doble Moral Sexual Y Violencia de Género, Fredy S. Monge Rodriguez.

http://repebis.upch.edu.pe/articulos/antoniano/v23n123/a11.pdf

  • Sexualidad, género y dominación simbólica. La doble moral y el sexo por amor, Verónica Vázquez García.

http://cmas.siu.buap.mx/portal_pprd/work/sites/filosofia/resources/PDFContent/866/009.pdf

  • La doble moral sexual, Cuartopodersalta