Amelia de Jesús Robles Ávila
Por: Abigail Torres Martínez
O mejor conocido como Amelio Robles Ávila nació el 3 de noviembre de 1889 en Xochipala, Guerrero mismo año en el que fue asignado como una mujer y mismo género con el que fue reconocido durante toda su niñez y juventud.
Fue un hombre trans afrodescendiente que rompió con los esquemas de la época, a pesar de haber aprendido lo común en mujeres de esa época como lavar, planchar y el cuidado del hogar, a ella también le gustaba montar, domar, ordeñar y manejar armas, aprendió a utilizar diversas actividades que social y culturalmente en esa época se asociaban a hombres.
En el año 1912, a sus 23 años se unió a la lucha revolucionaria a través de las filas zapatistas centrando sus tareas en mensajería, contrabando de armas, víveres, lucha armada y misiones especiales. Aunque al ingresar a las filas bélicas, Amelia solicitó que se refirieran a su persona en masculino comenzando a usar ropa de hombre haciéndose llamar Amelio.
La determinación de Amelio al aparecer ante el mundo como un hombre no respondía a la necesidad de algunas mujeres que participaron en la lucha de pasar desapercibidas frente al riesgo de ser violadas o recibir reprimendas, sino a su deseo de identificación masculina.
En 1918 después de la victoria de Venustiano Carranza se convirtió en soldado del Ejército mexicano, gracias a su amistad con el general Adrián Castrejón quien era su jefe en el Ejército, y otros hombres de guerra inmiscuidos en la política, le permitieron que su identidad masculina fuera reconocida de forma oficial en las filas militares y entre sus compañeros.
Amelio era un hombre y quien no respetara su identidad o se refería a él con el género incorrecto solía enfrentarse a su arma. Mantuvo relaciones sentimentales con varias mujeres, como Ángela Torres y Lupita Barrón.
Murió en 1984 y pese a su empeño por ser reconocido como hombre, después de cinco años de su muerte la Secretaria de la Mujer de Guerrero, la Dirección de Culturas Populares de CONACULTA y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, abrieron un museo llamado Amelia Robles.
La participación de Amelio Robles en la Revolución como un hombre transgénero cuya identidad fue reconocida y que recibió nombramiento como coronel marca un hito que, contrario a lo que comúnmente se piensa, indica que las personas de la diversidad sexual siempre han formado parte de nuestra realidad y de los diferentes acontecimientos históricos de nuestro país.
Es por eso que hoy agradecemos a Amelio de Jesús por demostrar que el género no importa en ningún contexto que lo que realmente es importante es la esencia con la que demostramos quienes somos.
Referencias: